La transformación de la movilidad urbana
Una tendencia que se acerca cada vez más hacia la masificación es la inclusión de herramientas y soluciones de base tecnológica para resguardar la seguridad de las personas
La circulación urbana en las ciudades vivió fuertes cambios en los últimos meses y existen algunos indicadores que ya muestran efectos que hablan de transformación en todo el ecosistema de la movilidad de las personas.
Por lo pronto, las motos han cobrado un mayor protagonismo entre los argentinos: mientras que en todo 2020 se patentaron 265.260, entre enero y mayo de 2021 ya se registraron 138.345 unidades, lo cual representa un 52,1% del total del año anterior cuando aún no hemos llegado a la mitad del año.
Lo cierto es que la pandemia de COVID-19 en Argentina impulsó el número de motos que se han visto en la vía pública a partir del crecimiento de los servicios de delivery o de última milla, esenciales para cumplir con la demanda exponencial de pedidos de alimentos, artículos de higiene y de salud a través de aplicaciones de comercio electrónico, los cuales reposicionaron a la moto como herramienta de trabajo.
Quizás lo más importante en este punto, además de los números positivos, es que la percepción sobre el valor de la moto como transporte se incrementó y puso de relieve la importancia de mantenerlas protegidas: en el último año se registró un incremento de 4,7% en el volumen de motos expuestas al riesgo, según el último informe de “Vehículos Expuestos a Riesgo de los ramos Automotores, Motos y Transporte Público de Pasajeros” de la Superintendencia de Seguros de la Nación, un dato clave que surge a partir de los balances de las compañías de seguros. A esto se suma que la demanda de soluciones tecnológicas para seguridad, seguimiento y recupero de motos creció 90% en los últimos 18 meses, con consultas que llegan tanto desde las aseguradoras como desde los particulares que quieren proteger sus bienes, en un segmento en el que la penetración del seguro de robo en motos es alrededor de un 60% menor que en autos, donde son muy pocas las compañías de seguro que hoy tienen una propuesta competitiva para el usuario. Esto lleva a que la gente se refugie en los servicios de recupero y no asumir el costo mensual del seguro como una carga adicional.
El otro de los grandes cambios de estos meses es la gran exposición de las personas hacia la tecnología, lo cual ayudó a derribar mitos y a mejorar la experiencia de cada uno de nosotros con herramientas que para muchos eran desconocidas. Un ejemplo claro de esto son las aplicaciones de delivery. Pero también fue una experiencia nueva para las compañías de seguro, que tuvieron que llevar toda su operación hacia una dinámica más digitalizada y simple para el cliente, con menos burocracia y mayor cercanía hacia él. Así, aseguradora y cliente han logrado forjar un nuevo vínculo por medio de los datos y las pantallas, sin que esto resulte extraño para ninguna de las partes, lo cual traerá nuevos servicios y oportunidades de mejora para beneficio del cliente.
Un saldo pendiente en esta transformación está en el comportamiento de las personas al volante. Aún con niveles de movilidad muy por debajo de lo habitual, según registros del Ministerio de Salud de la Nación, la cantidad de accidentes de tránsito no se redujo de la misma manera en 2020 y tampoco lo ha hecho en forma proporcional en lo que va de 2021. Los siniestros viales fatales durante el año pasado arrojaron un total de 7,62 casos por día, y en los registros oficiales de enero a mayo de este año muestran un promedio diario de 8,8 casos.
En este sentido, una tendencia que se acerca cada vez más hacia la masificación es la inclusión de herramientas y soluciones de base tecnológica para resguardar la seguridad de las personas, alertando a tiempo sobre las distracciones que podamos tener o avisando a tiempo a nuestros familiares sobre la necesidad que podamos tener de soporte y auxilio. La llegada de tecnologías con conectividad de menor latencia sumará al mercado nuevos desarrollos de Internet de las cosas que facilitarán la inclusión de estas herramientas a los vehículos y transformarán el mercado del seguro, pero fundamentalmente, mejorarán la calidad de vida de las personas y hasta tendrán la capacidad de reducir los indicadores de fatalidad en los accidentes o la cantidad de ellos.
Porque ya vimos en 2020 que fue la tecnología la que nos ayudó a estar conectados con los afectos aún cuando cumplimos con el distanciamiento necesario; a poder contar con nuestras compras aún cuando no fuimos al supermercado; y a cuidar nuestras cosas, aún cuando no las tuviéramos con nosotros. En definitiva, es la tecnología el recurso en el que nos podemos apoyar para transformarnos y poder vivir mejor y más tranquilos. El cambio, recién comienza y en cualquier caso, comienza por nosotros mismos.
Infobae