Convirtió su Clio a eléctrico y lo homologó en la DNRPA
En la provincia de Córdoba, convirtió su auto modelo 98 de naftero a eléctrico. Recarga gratis sus baterías en los surtidores de Epec.
El silencio es tal que pareciera que el auto se deslizara por la calle, casi flotando. Aunque la velocidad varíe, la marcha permanece siempre en la misma posición.
Sin embargo, la ausencia de ruido del motor no es la característica más saliente de un auto eléctrico.
Matías Parmigiani, un técnico en Marketing con mucha curiosidad, reconvirtió a eléctrico su Renault Clio modelo 98, que ahora se desplaza sin emitir sonidos (ni gases) y recarga sus baterías en los surtidores de Epec.
A excepción de los trolebuses, son contados los autos de este tipo que circulan por Córdoba. Sin embargo, la preocupación por cuidar el medio ambiente se extiende a cada vez más habitantes.
El futuro
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2020 las ventas de autos eléctricos crecieron un 41 por ciento a nivel global, pese a la pandemia. La entidad afirma que para 2030 podría haber hasta 230 millones de vehículos ecológicos, un 12 por ciento del total. Esto marcaría un crecimiento del cinco por ciento con respecto a los números actuales.
“Mi auto no es el primero que se convirtió a eléctrico en Córdoba. La particularidad es que gestioné los papeles y su ‘nuevo motor’ está homologado en el registro”, cuenta Parmigiani con orgullo.
Los autos convertidos no pueden ser registrados como un simple cambio de motor, ya que cambia la naturaleza de la propulsión del vehículo. El Registro de la Propiedad del Automotor solicita, además, una homologación a cargo de un ingeniero eléctrico o electromecánico para generar documentación que se debe presentar en el DNRPA.
“Las razones para convertir mi auto son muchas. Es original, pero lo más importante es la cuestión ecológica”, agrega.
Entre las ventajas de contar con un auto eléctrico, Parmigiani menciona que estos no necesitan mantenimiento, afinado, cambio de aros, cambio de aceite, silenciadores, bombas y filtros de combustible o carburadores. “No contaminan, y además de los líquidos de refrigeración y los aceites, y el motor tiene una duración casi infinita”, apunta.
En la década del ‘90, este cordobés comenzó a interesarse por los autos eléctricos . Hace unos cuatro años hizo un curso que le permitió interiorizarse a fondo en el tema.
Números
Tiempo atrás, Parmigiani se asoció con David Pagniuco, el encargado de todo lo relacionado con la parte mecánica.
El costo para reconvertir un auto es de entre 6 mil y 12 mil dólares, según el tipo de vehículo, potencia del motor y tipo de baterías.
“En Estados Unidos, convierten Ferrari o autos de ese tipo. Allá y en Europa, hay proyectos de entre 50 mil y 100 mil dólares”, dice.
El proceso de reconversión implica “retirar todo lo que está desde la caja de cambios hacia el motor y reemplazar el tanque de combustible o tubo por baterías. La ventaja es que conserva muchas cosas de los modelos originales, como las características que hacen al confort y la seguridad, y además su precio es extremadamente bajo en comparación a modelos eléctricos de serie”.
Parmigiani carga las baterías de su auto en “Punto E”, el punto de carga eléctrica ubicado en la playa de estacionamiento del edificio central de EPEC.
La carga de energía no tiene costo, ya que tiene por objetivo fomentar el uso de la movilidad eléctrica y promover manera acciones sustentables.
Inaugurado a fines de 2019, el “Punto E” está conformado por dos cargadores de corriente alterna, uno monofásico y otro trifásico. El primero tiene una potencia de 7,4 kW y el trifásico, de 40 kW.
“En movilidad eléctrica, el nivel de potencia de carga siempre lo va a marcar el automóvil. La autonomía depende de la capacidad de almacenamiento que tenga la batería que utilice o de la cantidad de baterías que tenga. Si el auto está preparado para cargar más potencia, le va a sacar más provecho a la carga”, explicó Hugo Di Tofino, de la Gerencia de Planeamiento Estratégico y Control de Epec.
Las baterías del Clio de Parmigiani son de plomo y ácido, y se cargan en tres horas y media. Tienen una autonomía de entre 80 y 100 kilómetros.
Baterías
También tiene la posibilidad de cargar sus baterías en cualquier enchufe doméstico (220 V).
Este tipo de baterías, utilizadas en carritos de golf y en autoelevadores, tienen un precio accesible, pero requieren un control periódico del nivel del agua y limpieza. Su duración puede llegar a 40 mil kilómetros.
Según WM Conversiones, el sitio que gestiona Parmigiani, un vehículo eléctrico necesita por lo general de seis a 12 baterías de plomo y ácido de 12v.
“Estas baterías no son las estándar de los coches convencionales, son baterías de descarga profunda especialmente diseñadas para ser descargadas y recargadas repetidamente. Un sistema de 72 voltios es el mínimo para un coche de calle. Algunos llegan a los 360 voltios. Usando baterías de litio, los bancos se configuran con celdas de 3,6v en conexión serie paralelo”.
La opción más recomendable para un auto eléctrico son las baterías de litio, que tienen una vida útil de 10 años en promedio, nada de mantenimiento y bajo peso. Además, su duración puede llegar a los 200 mil kilómetros, aunque depende de la forma en que se carguen y descarguen.
La Voz