“Esperamos continuar en la senda del crecimiento durante el año próximo”, expresó Herrero
El presidente de Adefa y Toyota, Daniel Herrero, analiza los logros y desafíos de la industria automotriz.
La industria automotriz es una de las principales ramas del sector manufacturero local. Actualmente, genera más de 140.000 empleos privados formales, representa alrededor del 7% del PIB industrial y exporta por casi US$ 4.500 millones. El sector, que este año se encuentra en recuperación, ha enfrentado en los últimos años dificultades ligadas a factores locales, como la crisis macroeconómica, y otros externos, como la pandemia.
En el marco del Día de la Industria, destacó el rol histórico del sector en la historia productiva de Argentina. “Con el trabajo que viene realizando el sector privado y el público, esperamos continuar en la senda del crecimiento durante el año próximo”, proyectó.
¿Cuál ha sido el rol histórico de la industria automotriz en Argentina?
Desde hace más de 100 años el sector es uno de los principales pilares productivos del país . En este tiempo se ha evolucionado a un modelo de especialización que lo transformó en una industria exportadora de bienes de alto valor agregado. Productora de plataformas globales de última generación. Hay que tener en cuenta que hoy somos el sexto productor mundial de pickups, por ejemplo.
También tenemos una alta tasa de inversión de capital de riesgo de largo plazo. Somos una industria difusora de innovación y desarrollo tecnológico con empleos altamente calificados. Sin dudas, el automotor es un rubro estratégico para la producción argentina por su representatividad y derrame para el desarrollo económico y social. Hace dos años venimos trabajando junto a toda la cadena de valor en construir un consenso con nuestra visión sectorial hacia 2030, respecto de cuál es el rumbo que debe tomar la industria automotriz en Argentina, qué rol debe ocupar en el mapa global y regional en el largo plazo para ser viable y qué camino tenemos que transitar para ser sustentables en el tiempo. Trabajamos para seguir siendo, como ha sido a lo largo de estos años, un impulsor del desarrollo y difusor de innovación tecnológica en la industria nacional.
¿Cómo calificaría el daño que implicó la pandemia en la producción de automóviles?
Efectivamente, la pandemia y sus efectos no han pasado desapercibidos. En el inicio de la misma, la emergencia sanitaria nos llevó a parar todas nuestras actividades durante 60 días. Pudimos poner en marcha nuevamente la rueda gracias a la implementación de un estricto protocolo de sanidad y seguridad. Con diálogo y coordinación con toda la cadena de valor y los diferentes Gobiernos (nacional, provincial, municipal) pudimos retomar nuestro trabajo. Claro que aún no se recuperó por completo la actividad, luego de que en 2020 la producción de automóviles se desplomara 18,3% respecto a 2019, pero el impacto podría haber sido mucho más negativo, como ocurrió en otros países.
Hoy la industria en general está teniendo un proceso de recuperación. ¿Qué expectativas le genera esa dinámica?
A partir de este año, lentamente los números comenzaron a registrar mejoras interanuales. Eso forma parte del trabajo conjunto que realizamos desde el comienzo de la crisis para implementar medidas que promuevan el crecimiento y la sustentabilidad del sector. La mejora de acceso a mercados de exportación, como se dio en el caso de Chile. La reducción de las retenciones en el caso de las exportaciones incrementales, con la voluntad de hacerlas más competitivas. Fueron señales que respondieron a las necesidades de las empresas que producen y venden al mundo, justamente para reforzar ese perfil exportador.
Viendo los datos oficiales de producción industrial correspondientes a junio, el rubro vehículos automotores es el tercero que más crece con 132,1%, muy por encima del nivel general que es del 22,4% y del promedio de variación de todos los rubros que componen el índice que es de 34,4%. Con el trabajo que viene realizando el sector privado y el público, esperamos continuar en la senda del crecimiento durante el año próximo, siempre atentos a los efectos que aún pueda generar la pandemia a nivel global, regional y local.
Teniendo en cuenta que uno de los mayores problemas históricos de la industria nacional es la restricción externa, ¿Cómo afecta esto a la fabricación de autos?
Poder contar con una industria automotriz-autopartista radicada implica miles de puestos de trabajo. Un nodo difusor de nuevas tecnologías, y un significativo ahorro de divisas. Es que los déficits externos del sector, que apuntamos se vayan equilibrando en el tiempo, serían el doble de grandes si Argentina no produjera o no tuviera industria automotriz radicada.
Por otro lado, genera un gran derrame económico y social en el resto de la sociedad. Por ejemplo, por cada puesto en la cadena de valor se generan 3 en el resto de la economía. También representa el 29% de las exportaciones de manufactura de origen Industrial (MOI). Se posiciona como el primer sector exportador industrial al mundo. Primer sector exportador industrial a Brasil y el segundo complejo exportador del país al mundo. De acuerdo a los últimos datos, la industria automotriz representa el 10,1% de la Inversión Extranjera Directa del total de la industria manufacturera. La industria automotriz argentina ha forjado un fuerte perfil exportador. En efecto, nuestro sector exporta en promedio el 60% de lo que produce y a más de 35 países.
¿Es viable integrar mayormente autopartes locales para bajar el déficit comercial?
Siempre se trabaja en la integración . Este objetivo de mejora de la balanza puede lograrse a partir de la especializarnos. Convertirnos en plataformas de provisión dentro de los esquemas globales de abastecimiento. Podemos lograrlo a partir de la especialización, y con ello mayores escalas individuales de cada producto. A su vez, habrá una mayor posibilidad de localizar autopartes. La escala es hoy una de las grandes restricciones para poder aumentar los valores de contenido local. En tanto, este es uno de los grandes desafíos con las nuevas tecnologías.
Los vehículos son cada vez más tecnificados y sofisticados, con mucha electrónica y componentes más caros. Para poder lograr esa especialización, necesitamos sí o sí de proveedores locales que nos permitan ser competitivos contra otras regiones productoras de automóviles. Debemos trabajar como cadena de valor para lograr que esas tecnologías lleguen al país. Así tener capacidad de crecer en la producción de estos productos complejos y con preponderancia de la electrónica.
¿Qué factores podrían influir más en la creación de empleo del sector? ¿Cuál es la relación entre recuperar el poder adquisitivo y fomentar la demanda de automóviles?
El sector emplea de manera directa más de 170.000 personas altamente calificadas y tiene un gran efecto multiplicador. El aumento de la producción y las exportaciones de manera sostenida en el tiempo son los que demandan aumentar las plantillas, además de las nuevas tecnologías que imponen la incorporación de nuevos perfiles de profesionales. Actualmente, estamos participando en las mesas de trabajo que se presentaron en el primer Congreso de Producción y Trabajo que organizó el Ministerio de Desarrollo Productivo para estar atentos, detectar y contribuir a las necesidades del sector y el país en la materia. Por el lado comercial, obviamente que la mejora salarial contribuiría a la demanda. El sector cuenta con diversas herramientas para alentar esa demanda.
Agustín Maza
El Economista