Mercado Automotor

Las pickups son récord en la participación de mercado

En los tres primeros meses del año, el segmento de las “chatas” representa ya 21,8% de las ventas. En 10 años, duplicaron su participación. Las nacionales están entre los modelos más comercializados. Se explica por cambios en los hábitos de consumo y demanda de sectores productivos que crecen

El avance de segmento de pickups en el mercado argentino sigue en plena expansión. Hace poco más de 10 años, en 2010, representaba apenas un 8,9% del mercado. Desde entonces, fue ganando participación en base a una oferta cada vez más amplia y sofisticada. En 2014, su penetración rozaba el 11% pero para el 2016 había saltado a 16%. Tres años más tarde, en 2019, concentraba el 20% de las ventas y, el año pasado, tras la reapertura de la economía pos cuarentena, sumó un punto más para llegar a 21%

En los tres primeros meses del 2021, esa tendencia sigue firme. Según los datos que difunde la asociación que agrupa a las concesionarias (ACARA), tomando toda la oferta de pickups, los patentamientos ya están en 21,8%, lo que confirma que el gusto de los consumidores no ha cambiado.

Toyota, Volkswagen y Ford han basado su estrategia industrial en este segmento, con sus modelos Hilux, Amarok y Ranger, que se ubican entre los más vendidos de la Argentina. El caso del vehículo de la marca japonesa es el más contundente ya que suele ocupar el primer lugar y quienes quieran comprarlo tiene hasta 8 meses para recibir una unidad por la fuerte demanda.

Hace más de dos años se sumó la Nissan Frontier y, poco después, Renault lanzó la Alaskan. Todos estos modelos de producción nacional se están viendo beneficiados por las restricciones a las importaciones de marcas competidoras y de vehículos de otros segmentos como los SUV.

A la oferta “made in Argentina” se suman varios importados. La Chevrolet S10, por ejemplo, es un tradicional exponente del segmento de las “chatas” medianas. A esto hay que agregar la aparición de competidores en un subsegmento de pickups medianas, con jugadores como la Fiat Toro o la Renault Duster Oroch, y las clásicas “chicas” Volkswagen Saveiro o Fiat Strada. También hay otras más de nicho, como la RAM 1.500 o la Ford F150.

La explicación de este fenómeno va más allá de una ampliación de la oferta y tiene que ver con cambios en el consumo. Estos vehículos actuales abandonaron la idea de ser pensados sólo para el trabajo. Por tecnología, diseño y equipamiento han logrado penetrar en el mundo urbano, sumando a miles de compradores. En muchos casos, es un símbolo de estatus y poder.

Un dato para tener en cuenta es que las versiones más demandadas son las topes de gama, lo que muestra un perfil de cliente muy particular. En estos casos, los precios superan los $5 millones. Otra motivo de su expansión tiene que ver con la demanda de sectores que vienen sorteando la crisis como el campo, la minería y el petrolero.

En cuanto a las trabas de para el ingreso de muchos SUV importados, la medida beneficia al segmento. Ante la incertidumbre en los plazos de entrega, muchos compradores se vuelcan a las pickups con alto equipamiento que, de alguna manera, cubren las necesidades de prestaciones y confort de esos consumidores. Por ejemplo, la tracción integral es clave.

A esto hay que sumarle otro beneficio que, en algunos casos, es determinante: el precio. Los Impuestos Internos castigan a los vehículos de más de $2.500.000. Esto afecta a la mayoría de los SUV importados. En cambio, las pickups están exentas de esa carga fiscal que hace encarecer el valor de un modelo en 25%. La diferencia es importante.

mdz

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