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-en 1991- una Ley de Cupo Femenino, siendo un paso fundamental hacia el ejercicio
más pleno de la ciudadanía por parte de las mujeres.
Ahora, los nuevos desafíos suponen derribar las barreras y desigualdades que
continúan afectando la participación política de la mujer. Si bien estas medidas
han definitivamente acercado el ámbito político a la igualdad de género, aún nos
encontramos lejos de alcanzarla. El dispar acceso a cargos públicos y lugares de toma
de decisión por cuestiones de género todavía no se ha solucionado. Nuevos desafíos
se presentan a diario en esta temática, así, hay espacios de debate público y político
cuya participación y
liderazgo femenino
es escasa o nula, tal
como los sindicatos.
Según el informe
“HACIA LA
PARIDAD”
elaborado por el
Observatorio de
Género y Equidad
Parlamentaria
(2020), los
‘techos de cristal’
o segregación
vertical en el poder
legislativo siguen limitando la participación de mujeres en lugares de toma de decisión.
Otro importante punto marcado por dicho documento es que la distribución de
liderazgo y participación de comisiones permanentes en la Cámara de Diputados de la
Nación entre mujeres y varones replica la tradicional división de trabajo por género.
Por un lado, mayoría de mujeres en las áreas de educación, salud, acción social y
familia; y, por otro, predominancia de varones en la toma de decisiones relacionadas
con dinero público, fuerzas armadas y seguridad. De hecho, las comisiones integradas
por más mujeres son las siguientes: Mujeres y Diversidad (87,10%), Familia, Niñez
y Juventudes (86,67%), Educación (71,42%), Acción Social y Salud (71,43%) y
Discapacidad (70%) .
1
Para finalizar, es importante hacer mención a la barrera cultural que hoy en día
también limita el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en plena igualdad,
esto es, los sesgos y prejuicios de género. En Argentina, el 37% de las mujeres y el
50% de los varones creen que los hombres son mejores líderes políticos que las
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1 Observatorio de Género y Equidad Parlamentaria; 2020: 32.
2 Valores tomados del informe “TACKLING SOCIAL NORMS: A game changer for gender inequalities” del PNUD (2020)
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